EL REGALO

EL REGALO 

Cada día pasaba delante de él.

Lo veía inalcanzable tras el cristal.

Destacaba, entre otros semejantes.

Yo, lo admiraba con deseo.

Lo ansiaba y, lo soñaba.

Tanto, como niña caprichosa.

 Y por fin!

Me llego como regalo, inesperado.  

Sin ocasión especial,

Sin lazo en su envoltura.

Depositado entre mis manos,

mi corazón desbordo de ilusión.

Lo abrí, emocionada, sin contención.

Ahí estaba, en todo su esplendor,

luciendo más bello aún,

que en su visitado escaparate.

Carmen.M.G

DISTANCIAS

Si la mida de la distancia es,
la lejanía del alcance de tu mirar.
La cercanía es, todo el amor,
que te guardo en mi corazón.

Carmen.M.G

MENDIGA DE AMOR

Gentes que van, otras que vienen.

Unas con destino marcado, con prisas.

Otras, sin rumbo, matando el tiempo,

se cruzan, se rozan, o chocan entre sí.

Por momentos, una marea humana,

baja o sube las escaleras del infierno,

de la embocadura, de esa parada,

la misma de siempre a la misma hora,

Ella, ni va, ni viene, solo mira y espera.

Plantada como una farola, les observa.

Nadie la ve, es invisible para todos ellos.

Ya forma parte del decorado urbano.

Lleva el pelo desgreñado por el viento.

Su sonrisa llena de soledad, apagada.

Su mano extendida, solo pide, su Amor.

Ese “Amor-limosna” que ya no vendrá.

Carmen.M.G

ATRAPADO

Mil estrellas te sonríen.

Mil estrellas te iluminan,

en mil noches poéticas.

Cada una más hermosa.

La luna que, nada llena.

Luna que de nueva, vieja,

eclipsada ya se queda,

sin tus versos, sin besos.

Y, en su cara más oculta,

esconde sus lagrimas.

Son perlas de luna negra,

que caen como lluvia fina.

lluvia, que no te llega,

te resbala por cada lado.

Lados, de tu inseguridad,

de tus miedos a mojarte.

Te llegara la oscuridad.

Tus noches frías apagadas,

solo, sin estrellas, ni luna,

atrapado entre  silencios.

Carmen.M.G

ELLA NO APARECERA

Son esas caras conocidas,

venidas de otros tiempos,

con miradas fijas, sin vida,

que fantasmales le rodean.

Son ellas, testigos muertos,

de su infinita soledad.

La cafetería está desierta.

Sopla suave su café (largo).

Lo bebe, sorbo a sorbo.

Lo remueve entre dos, así,

para eternizar la espera.

Es tiempo que ya se agota.

Ahora, esas caras lívidas,

de rictus malicioso sonríen,

parecen recobrar la vida.

Se burlan de su pena, de El.

Porque ellas, sin esqueleto,

ni sangre, y menos corazón,

han visto la misma historia,

el mismo film, una y otra vez

y saben muy bien de sobra,

que hoy Ella, no aparecerás.

§      Carmen.M.G ✿

POEMAS CORTOS

Ausentes las palabras,

las que definen lo cotidiano;

se convierten los días,

en páginas en blanco.

Carmen.M.G

Sentí tu aliento en mi cuello,

y , tu pulso en mi.

Los sentí tan intensos,

que desperté empapada.

Carmen.M.G ✿

MEMORIA

Lagunas en mi mente.

son agujeros negros,

unos pequeños vacíos,

que no consigo rellenar.

Hemos crecido juntas,

al mismo ritmo y son,

siempre inseparables,

compartiéndolo todo.

No quiero que te vayas,

ni perderte del todo,

ni que me abandones,

quédate aun conmigo.

Nos quedan recuerdos,

muchos por construir,

Memoria, amiga mía,

no salgas de mi mente.

A mi Memoria

Carmen.M.G

PESADILLA

Todo es confuso!

No sé, si es ella, que viene hacia mí,

o soy yo, que voy hacia ella.

Es una niebla espesa,

en la que de repente me pierdo,

en vueltas, sin sentido.

Cada paso mío, en falso,

pierdo el equilibrio en los tropiezos.

El miedo, me puede.

Todo es confuso!

El paisaje, es un pantano siniestro

con chirridos de harpías.

Ya no distingo nada.

Desnuda, penetro en aguas turbias.

El frio, me invade.

Mi pulso se acelera.

Soy absorbida en arenas movedizas.

Voy desapareciendo.

Todo es confuso!

Me agito en un intento por resurgir,

más, me voy hundiendo.

Mi cuerpo paralizado,

no me quedan fuerzas para luchar.

Solo me viene tu nombre.

En mi ahogo, te llamo,

aun que sé muy bien, que no vendrás.

Porque esta, es mi pesadilla.

Carmen.M.G

CONFESIÓN

Nunca antes, supiste del ¿por qué?

de mi partida, de mi des-amor ¡falso!

Oculte, bien el secreto en mi memoria.

Me culpe, de todo el “error”,  de ambos.

Me juzgue, de la más alta traición y,

me condené, al “corredor de la muerte”.

Desde la mazmorra fría, de mi exilio,

donde yo misma, rodé doble la llave,

te llamé con rabia, en puro silencio,

desgarrando la voz de mi conciencia.

Te escribí miles de cartas, de suplicas,

rogando por tu clemencia, tu perdón.

Palabras sentidas de arrepentimiento,

que por pudor o cobardía, no te  mande.

Agonice en mis propios jugos venenosos.

Te lloré mares atormentados, por dolor.

Torturé mi corazón, con afiladas culpas.

Suicidé mi alma, por asfixia de reproches.

Así, libre al fin de todo, y desde mi muerte,

puedo confesarte, que te Amé ¡de verdad!.

Carmen.m.G