Nunca antes, supiste del ¿por qué?
de mi partida, de mi des-amor ¡falso!
Oculte, bien el secreto en mi memoria.
Me culpe, de todo el “error”, de ambos.
Me juzgue, de la más alta traición y,
me condené, al “corredor de la muerte”.
Desde la mazmorra fría, de mi exilio,
donde yo misma, rodé doble la llave,
te llamé con rabia, en puro silencio,
desgarrando la voz de mi conciencia.
Te escribí miles de cartas, de suplicas,
rogando por tu clemencia, tu perdón.
Palabras sentidas de arrepentimiento,
que por pudor o cobardía, no te mande.
Agonice en mis propios jugos venenosos.
Te lloré mares atormentados, por dolor.
Torturé mi corazón, con afiladas culpas.
Suicidé mi alma, por asfixia de reproches.
Así, libre al fin de todo, y desde mi muerte,
puedo confesarte, que te Amé ¡de verdad!.
Carmen.m.G
Bonita estampa de ese secreto guardado tanto tiempo..
ResponderEliminarAinss, que duras son las confesiónes!!
EliminarMe alegro que te guste.
Gracias.
Hasta ya!!
te habras quedado bien después de escribir eso, es difícil de confesar, pero una vez echo, la paz estará contigo :-)
ResponderEliminarJajaja!! Amigo Punset, ni te imaginas lo bien que sienta.
EliminarUn gran placer leerte por aqui.
Un fuerte abrazo y beso.