En una tarde de verano en Almería…
Salgo
a caminar buscando una playa,
excursión
improvisada lejos de casa.
Ante
mis ojos un paisaje paradisíaco.
Con
un gesto frenético casi hipnótico
me
desprendo de todas mis ropas,
dejando
las caer sobre la arena fina.
Con
cada una, me despojo de miedos.
La
total desnudez y palidez de mi piel,
me
hacen sentir vulnerable, una intrusa
pero
a su vez, mas invisible que nunca,
entre
naturistas, de bronceado total.
De
pie, ante la extensión de agua salada.
Mi
cuerpo, es acariciado por el astro rey.
Observo,
unas aves volteando en círculos.
Se
caen en picado y se sumergen en el mar.
Tal
visión, parece invitarme al baño.
Me
adentro despacio en el agua cristalina.
Las
pequeñas olas me cobijan, me abrazan.
El
va y ven continuo, me mece suavemente.
Un
sentimiento de bienestar me invade,
liberándome,
de todo tapujo y prejuicio.
Salgo
del mar, con el alma renovada.
Un
gozo, para todos mis sentidos.
Carmen.M.G