Tantos
sentimientos guardados afloran
entre las
paredes de tu habitación.
Una música
suave, envolvente,
una luz
tenue, mas intima que nunca.
Tu,
yaciente en tu cama, impaciente.
Yo,
sentada a tu lado, amovible.
Te veo más
bello todavía.
El brillo
de tus ojos, me consuela.
Tu mano,
débil aun caliente
en mi mano
temblorosa, impotente.
Susurridos
al oído en confesión,
tu, yo,
mas cómplices que jamás.
Dos lágrimas,
caen como roció
mojando tu
mejilla, pétalo de rosa.
San-Pedro
oyó tus plegarias
¡Por fin!
Te abre el “Divino Portal”.
Un
agrió-dulce se hace presente,
tu último
aliento como despedida.
Mi pecho
se comprime,
me falta
el aire por momento.
¡No lloro!
tampoco puedo.
Mis
lagrimas están ya resecas.
Pero se
bien, que donde estés,
velaras
siempre por todos nosotros.
Con un
beso en la frente,
te digo
hasta luego querido Padre!
Carmen.M.G
Para mi amiga J.F.
Imagen encontrada en internet.