lunes, 10 de diciembre de 2012

PAPA



El dulzón de tu sangre,
fluye por mis venas.
Me diste el color de mi pelo,
de mis ojos y la peca mas escondida.

Soy niña mimada y querida,
protegida en la ternura de tu regazo.
Tu querer para mi, sin condición,
infinito, transparente y puro.

Recuerdo:

El embriagador perfume de roble en tu ropa.
Madera noble que tallabas con destreza,
cincelada, pulida con precisión, dándole forma.
Consiguiendo una pieza de arte perfecta.

El tintineo de la cuchara en el vaso de leche,
que removías con cariño hasta mi cama
y así, darme las buenas noches,
conciliando me el sueño sin pesadillas.

Tardes de puro invierno, de mucho frío.
Abrigada al calor de nuestro hogar,
te convertías en un gran mago,
consiguiendo en mi, mil carcajadas.

De aquel vestido negro imposible,
que me regalaste con tanta ilusión
capricho de una niña-mujer, consentida,
para mi mayor alegría y satisfacción.

Hoy:

Son tantos bellos recuerdos que contar
que no caben en este papel, si en mi memoria.
Dichosa soy al tenerte, de mirarnos a los ojos
sabiendo que hoy, creamos uno nuevo.

Al nacer, una no puede elegir padre
de haber sido, te escogería a ti sin lugar a duda.
Soy la princesa de tus cuentos inventados para mí.
¡Tu, mi Gran Héroe!

Carmen.M.G