EL REGALO
Cada día pasaba delante de
él.
Lo veía inalcanzable tras
el cristal.
Destacaba, entre otros
semejantes.
Yo, lo admiraba con deseo.
Lo ansiaba y, lo soñaba.
Tanto, como niña caprichosa.
Y por fin!
Me llego como regalo, inesperado.
Sin ocasión especial,
Sin lazo en su envoltura.
Depositado entre mis manos,
mi corazón desbordo de ilusión.
Lo abrí, emocionada, sin
contención.
Ahí estaba, en todo su
esplendor,
luciendo más bello aún,
que en su visitado escaparate.
Carmen.M.G