viernes, 11 de enero de 2013

DOLOR POR COMPAÑÍA
















Oh! Dolor
Angustioso, fuerte y perverso.
Amargo, agónico, lento y continuo.
Tu querer es infinito,
incomparable y desmesurado.

Lo supe nada más conocerte,
aunque al principio del encuentro:
tus visitas eran pausadas, escasas,
Pero con el tiempo fueron en aumento,
puntuales, fieles e intensas.

Tu compañía, siempre presente,
 privándome de gozo y libertad.
un intruso, invasor en mi intimidad.
Soy, presa y victima de tu lealtad,
apartándome de la humanidad.

Tu siempre vas conmigo,
abrazado con fervor a mi cintura,
vaya donde vaya, sin descanso,
clavando tus garras afiladas
penetrantes hasta mi médula.

Tu agarre es firme y potente,
nunca se suelta o se rompe,
aplastándome hasta las entrañas,
amenguando mi persona día tras día,
achicando mi sangre

Tu calor abrasador, inconfundible,
 demasiado pesado y asfixiante,
su lengua caliente acaricia suave
mi dorsal ya quemado.
Su fuego, lo consume.

Solo te pediré un flaco favor,
desaprieta tan solo un poco el corsé
que me seña y oprime el talle.
Así, aunque sea por un momento,
recobrare el aliento y por fin respirare

LLEGO LA MUERTE


















Despierto de una noche lasciva.
Sin sueños, ni pesadillas.
No consigo abrir los ojos.
Mis parpados me pesan,
una luz, les atraviesan.
Me esfuerzo, pero en vano.
Intento levantarme.
Mis músculos rígidos,
no me responden.
Siento frio, mucho frio.
¡Pero, si es verano!
Lo intento de nuevo.
Le pongo más empeño.
Primero, un ojo, un dedo.
Moveré la mano, un pie.
Solo la nada consigo.
Una angustia me invade
Se apodera de mi mente.
¿Porque ya no siento nada?
Ni la humedad de lágrimas
derramarse por mis mejillas,
ni los latidos en mi pecho.
Tengo miedo, mucho miedo.
Será que estoy dormido.
¡Debe ser una pesadilla!
Si no, no lo entiendo.
Tengo que despertar ya.
Tareas del día me esperan.
La luz, se hace más clara.
El sol invade la habitación.
De repente. Lo veo claro.
Sin materia al pie de cama,
me visualizo inerte, tranquilo.
A mí, llego la muerte.

Carmen.M.G