lunes, 10 de febrero de 2014

MAESTRO DE MADRIGAL

Tú, el maestro de la elocuencia,
te asomas con pamplinas poéticas,
entras de puntillas en sus mentes,
te cuelas sin anunciarte,
y con prosa les abres el corazón.
Las cubres con bellas palabras,  
son caricias sobre sus pieles sedientas.
Letra a letra, invades sus cuerpos.
Por todos sus poros penetras suave,
alterando así su cordura.
Sin ellas pretender o darse cuenta,
las llevas al borde de la locura,
envenenando las cada vez más.
Tus frases son música hipnótica,
que se hacen necesarias y adictivas.
Con inspirada lengua de Madrigal,
las sometes hasta llegar su muerte,
así obteniendo, tu resurrección.

Carmen.M.G