jueves, 27 de diciembre de 2012

ECOS



Atormentados están mis pensamientos,
en medio de un silencio ensordecedor.
Añoro los pasos y voces tras la fina pared.
Pared, ahora muda de toda vida.

Ecos desconocidos me envuelven,
sonidos de un silencio sepulcral
quebrados por el latir de mi corazón.
Solo queda un vació lleno de ausencias.

En mis horas de soledad deambulo.
Los tiempo muertos se hacen eternos.
Todos los recuerdos entreabiertos
se entremezclan en la fría oscuridad.

Anhelo la música celestial de las risas,
melodía aguda de vida para mis oídos
que, al travesar la fina pared
me colmaba de alegría y felicidad.

Carmen M.G

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