viernes, 28 de diciembre de 2012

EL LIBRO






















Aquella luz brillante,
llamo toda su atención.
A paso vivo se acerco a ella.
Cuanto más cerca estaba,
más se deslumbraba,
por los destellos de sol.
Era un libro de poesías,
con letras de oro fino
incrustadas en la portada.
Le pareció abandonado,
sin dueño, en un banco,
de aquel jardín escondido.
Miro a los alrededores,
emocionada, como quien,
encuentra un tesoro.
Lo tomo en sus manos,
se acomodo en el banco,
acaricio suave la portada.
Curiosa, empezó a leerlo.
Con cada nuevo poema,
una emoción jubilosa.
No podía parar de leerlo.
Tanto, que se hizo de noche.
Cuando llego a su final,
a la ultima de sus páginas,
entendió que tal ejemplar,
no podría ser de nadie y,
existía para ser compartido.
Lo apretó contra su pecho,
inhalo profundo su perfume,
y con un beso, se despidió.
Cuidadosamente, ella,
lo dispuso de nuevo en el banco
para así, ser reencontrado y,
deleitar a otras almas vicias
Reavivar, otros corazones.

Ella, en su memoria, guarda,
todas las palabras sentidas,
de romances secretos leídos.
De su perfume embriagante,
de vida, de grandes pasiones.
El taco suave al rozar su piel,
y, alegría por dejar su huella,
en una página en blanco,
así, imprimiendo por siempre,
“El libro”, único ejemplar.

 Carmen M. G





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