Ibas,
por senderos sinuosos,
de
niebla y nieve.
Te
perdías en delirios de colores,
en
noches oscuras.
Un
día despertaste de la pesadilla,
con
sueños renovados,
con
ojos abiertos al futuro.
Encontraste
el camino derecho.
Llegaste
a la carretera del regreso,
la
de tu vuelta a casa.
Abrazabas
el Amor, la Vida y,
en
la recta, la muerte esperaba.
Tus cabellos de fuego, cenizas.
Tus
ojos esmeraldas, estrellas.
Tus
años, juventud eterna.
Tu
alma, viva entre nosotros.
Carmen.M.G
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